En esta temporada de textos estamos cosechando unas cuantas burradas juntas. Pasen y vean, preparen las bolsas de papel para regurgitaciones y otras expulsiones corporales. Pongan sus asientos en posición de despegue y abrochense los cinturones, porque esto no es para estomagos delicados.
En el pasado fin de semana, una mujer nos preguntó por el libro "Relato de un naúfrago" de la editorial "Gabriel García Marquez". (?????) Ok, entonces Aguilar es el autor de la obras de Poe, con traducción de Cortazar y las Mil y una noches la escribieron los birmanos. Pero seamos honestos, es un lapsus mental que le puede ocurrir a cualquiera.
Tanto como la que vino preguntando por el libro de las "profecias de Palavecino". OMG!!! No sabía que el chaqueño se hacía el Nostradamus ahora. En realidad, creo que buscaba las profecias de Parravicini, pero puede que el equivocado sea yo, aunque en este caso lo dudo mucho.
La que si se lleva el premio total y con honores, por lo necia. Es la puber, ya pasada en unos cuantos granos, que buscaba los "días del verano" de Liliana Bodoc. Aunque lo que decía en el papel ni ella lo tenía claro. Pero como porfiada que era la pendeja y no dar el brazo a torcer, insistía en que era el los días del verano de Liliana BADER o algo así. Tanto Leticia como yo le insistimos en que era de la otra forma, la correcta, tanto que la madre nos dio la razón asumiendo que la purreta había mandado fruta por correo certificado. Creo que la mujer asumió que siendo vendedores y viendonos tan seguros, sabiamos de lo que hablabamos. Amén de que el libro lo teniamos en nuestras manos como prueba de su existencia. Simple lógica, entre un dudoso libro que quizá existe con otro título y ese que tenía delante con denominación similar. Es más probable que fuera el que se llevó finalmente que un hipotético inexistente. Ups, esta lógica puede que no funcione para la gente que cree en Dios.
QuE Hiiiiiijo de...!
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