La brutalidad y la necedad alcanzan niveles insospechados, encima acompañados por el "ser una rata tacaña". Llega el otro día al puesto una piba que le habían recomendado libros de Anne Rice. Me pregunta cuales eran los primeros, cual seguía, etc. Le informo que viene "Entrevista...", "Lestat", "La reina..."; pero que ninguno de estos están en stock. Agarra "Armand" y me pregunta cual es el último. Le digo que el último que escribió, hasta ahora y seguramente es el último-último, es "Cántico de sangre". Pero no ella convencida, dice que Armand es el último libro. Porque en la contratapa empieza diciendo: "En esta última entrega de las crónicas vampíricas...", claro, obvia confusión, o quizás no tan obvia. Le explico que se refiere a que "en ese libro", no que es la última entrega, sino que "en esa última entrega". Es un modismo muy común, sobre todo si fue hace unos años, antes que saliera realmente el último. Pero no, ella decía que según la gramática española y se cortó cuando ya le respondí que ese no era el último, porque se muy bien que el último es "Cántico..." Se fue toda ofendida con su necedad y la verdad que no es molesto el que no sabés, lo verdaderamente molesto es no querer aprender. ¿Quién es el librero? ¿Quién es el conoce de Anne Rice? Nada más por agregar. Volvemos siempre a la sabiduría oriental, el viejo adagio chino que dice: "el que sabe que no sabe, es un necio, hay que evitarlo."
QuE Hiiiiiijo de...!
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